En las últimas semanas el tema deportivo que se ha comentado insistentemente en los medios noticiosos del mundo deportivo es el tema de los jugadores extranjeros que llegaron contratados por algún equipo de la primera división y que han sido convocados a la selección mexicana de futbol. Estos jugadores que no nacieron en México, pero que han adquirido la nacionalidad mexicana, porque ya tienen una forma de vida que no les permite regresar a su país de origen, como puede ser una familia, propiedades o intereses de otro tipo y se les adjudica el adjetivo calificativo de “naturalizados”.
En el terreno deportivo este tema tiene diferentes puntos de vista y los especialistas, así como los jugadores nacionales y los llamados naturalizado, han mencionado sus argumentos sobre lo que es correcto y lo que no debe hacerse en el manejo de la selección nacional de futbol, que se está preparando para el torneo en el que se disputan tres lugares para asistir a
Estoy seguro que todos tienen una opinión válida y acertada sobre este tema y cada quien expresará con justicia sus mejores argumentos. En este sentido quiero partir de una frase muy conocida “uno no es donde nace, sino de donde la hace”, para intentar ofrecer un punto de vista diferente, en la polémica que se ha desarrollado en este asunto de los jugadores naturalizados, donde ha habido algunos comentarios que son ofensivos e injustos y que han agraviado la dignidad de todos aquellos que han tenido la necesidad de emigrar del lugar donde nacieron, para ir a ganarse el sustento a otro medio que les permitió establecerse y aportar su experiencia, sus conocimientos o su trabajo. En este caso también se encuentran los mexicanos que han emigrado a Norteamérica, España, Francia u otros lugares del planeta, en donde por medio de su trabajo, intentar vivir una vida digna y de provecho para sus semejantes.
Con respecto al tema deportivo debemos partir que el futbol que se practica en la primera división profesional, es un negocio particular, como cualquier otro. Una empresa privada legalmente constituida, que por sus actividades empresariales cumple con su meta de obtener ganancias económicas al realizar este tipo de negocio; que está manejado por personas particulares que obtienen ingresos por el manejo de los equipos y de los jugadores. En este tipo de actividad las instituciones públicas tienen muy poco que ver y no existe un procedimiento democrático que permita elegir a los que participan en todo el ambiente que se desarrolla en torno a este deporte, que se ha introducido fuertemente en el gusto y en la pasión de nuestra patria, principalmente por la influencia de la televisión, que también contribuye con una fragante violación a las leyes al ser juez y parte, porque maneja equipos e influye en ese ambiente que se vive en los temas deportivos, a tal grado que muchas personas se olvidan de los problemas cotidianos, por estar pendientes de lo que ocurre con el futbol, que no tiene ninguna relevancia en nuestra vida diaria.
Tal vez se piensa equivocadamente que existe un procedimiento justo y equilibrado para permitir que cualquier aspirante pueda llegar a realizar un trabajo deportivo en algunos de los equipos profesionales, por tener las habilidades que se requieren para jugar en uno de los dieciocho equipos que existen en el torneo nacional, pero no es así, porque esa posibilidad es muy remota.
Las escuelas, las universidades y las agrupaciones que hay, en todo el país, no tienen ninguna relación, con la estructura que tienen los equipos profesionales, es decir con los equipos que están integrados al negocio de los jugadores y del torneo nacional. Cada fin de semana se juegan miles de torneos, que se conocen como torneos de aficionados, porque funcionan principalmente en base al gusto por el juego que tienen sus participantes y también miles de partidos a lo largo y a lo ancho del país. En ellos una enorme cantidad de jugadores muestran habilidades y destrezas que muy fácilmente podrían permitirles hacerse de un lugar en alguno de los equipos grandes del futbol, pero eso no ocurre, porque el futbol profesional funciona como un club de exclusividad, donde solo llegan aquellos que son elegidos, por diversos motivos, no solo los deportivos.
También debe tomarse en cuenta que tener habilidades, tener condiciones físicas, tener vigor, tener fuerza, tener condiciones de salud, tener una disciplina y tener aspiraciones no bastan para llegar a la cima más alta de este deporte de exclusividad, también hacen falta elementos fundamentales que solo se obtienen con la ayuda de un especialista o de un entrenador, que se llaman dominio de la técnica y dominio de la táctica.
La técnica tiene que ver con el eficiente golpeo, conducción y recepción de la pelota. La táctica se refiere a seguir una estrategia cuando se ataca y cuando se defiende, también tiene que ver con asumir una disciplina y una actitud, con realizar un trabajo de equipo y ubicarse adecuadamente dentro de la cancha durante todo el transcurso de un partido.
Así que considerar que el equipo de futbol que se presenta como una selección nacional, es algo que no concuerda totalmente con la realidad, porque esta representatividad no se obtiene por intermediación de las instancias democráticas que existen en México, sino que se obtiene en base a lineamientos que establece una federación que está integrada por empresarios, que tienen un negocio de tipo deportivo, al administrar un equipo de futbol y que a su vez se somete a las condiciones que fija una federación mundial (FIFA), que tiene las mismas características.
Desde que el futbol se convirtió en un deporte profesional, que tiene todas las características de un espectáculo de tipo artístico, es decir un deporte donde se paga un salario y a cambio se entrega un servicio deportivo que es de alta calidad, todos los equipos del mundo, sobre todo aquellos que tienen un gran poder económico y que obtienen del futbol ganancias que son cuantiosas, tienen la necesidad de contratar jugadores de gran nivel que provienen de diferentes lugares del mundo, jugadores que dominan la técnica y la táctica de este deporte y que son verdaderos artistas en el arte de darle de patadas a un balón.
Nuestro país no está al margen de esta situación y no puede ni debe hacerlo, porque todos los pueblos de la tierra únicamente cumplen con su aspiración de desarrollarse cuando comparten e intercambian sus conocimientos. Por este motivo desde que nació el futbol como deporte profesional en México, fueron traídos muchos jugadores del extranjero, que han servido como modelo y ejemplo para influir en el desarrollo y mejoramiento de los jugadores nacionales.
Algunos han permanecido en México por periodos muy largos y se han establecido en una forma definitiva, porque han considerado que esta tierra les ha dado grandes beneficios. Han formado una familia y sus hijos van a escuelas mexicanas. Ellos a su vez son padres de familia y comparten en las asociaciones de padres de familia su preocupación por educar a sus pequeñines, que todos los lunes realizan honores a la bandera y cantan el himno nacional. Sus hijos ya no se identifican con Brasil, Argentina o con Uruguay.
Ocurre en el deporte y ocurre en todos los aspectos de la vida. El contacto con personas que tienen otra forma de vida, otros conocimientos y otras experiencias es el medio más seguro para aspirar al desarrollo y desarrollo significa, cumplir con la aspiración de tener una vida mejor. Los pueblos que no permiten el contacto con personas de otros lugares, son los que se quedan atrasados y sumergidos en la ignorancia. Es sencillo ver la realidad de esta afirmación en los lugares que están marginados por la distancia geográfica o por la incomunicación, pues no mejoran y sus habitantes no pueden cumplir con sus aspiraciones y no pueden salir de ese estado de marginación y de atraso.
Recuerdo que cuando Ricardo Lavolpe era el entrenador de la selección de futbol, al término de un mal partido, un grupo de aficionados lo esperaron afuera del estadio y le gritaron insultos denigrantes, en referencia a su nacionalidad argentina. Ricardo llevaba en sus hombros a su hija menor, que escuchó todo lo que le decían a su padre, pero nunca soltó la banderita de México que llevaba en una mano. Qué sencillo es cometer errores cuando no se perciben todos los aspectos de un problema.
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