Justo cuando empezaba la fiesta y el júbilo, en los Estados Unidos de Norteamérica, por el arrollador triunfo de Bumarak Obama, el día 4 de noviembre del presente año, en ese mismo día empezaba el punto más crítico, en el terreno de la política, del gobierno federal de nuestro país, pues alrededor de las 19 horas, se desplomaba a menos de dos kilómetros de la residencia presidencial de Los Pinos, el avión de la Secretaría de Gobernación, donde viajaban Juan Camilo Mouriño y el asesor de la Presidencia en materia de seguridad y justicia penal, José Luis Santiago Vasconcelos, quien anteriormente ocupó el cargo de subprocurador de justicia, con el encargo de combatir al narcotráfico; que viajaban procedentes de San Luis Potosí, en un punto geográfico que se ubica en el cruce del Paseo de la Reforma, Periférico Norte y Ferrocarril de Cuernavaca, de una de las colonias de más alto prestigio social que existe en el Distrito Federal, la colonia Lomas de Chapultepec; también murieron siete personas más que en esa nave, considerando al piloto y el copiloto, una funcionaria de gobernación y una sobrecargo. El avión también produjo la muerte de cuatro personas que fueron alcanzadas en sus vehículos; 40 personas resultaron lesionadas, siete de ellas de gravedad, además, 30 automóviles terminaron totalmente calcinados y 21 con diferentes daños que les produjo el percance.
Se dice que es el punto más crítico del gobierno que encabeza Felipe Calderón, porque este acontecimiento está lleno de circunstancias extrañas, que provocan diversas interpretaciones, incertidumbres y conjeturas porque no tienen una explicación satisfactoria y pudiera ser que sea un accidente como insisten en explicar los funcionarios del gobierno o pudiera ser que se trate de un atentado.
Desde mi punto de vista, los medios de comunicación han recibido una línea muy clara, por parte del gobierno, en el sentido de considerar que el avionazo fue producto de un accidente, porque el daño que recibe el gobierno será muy menor, comparado con la certeza de que haya sido derribado por lo que llaman el crimen organizado, donde se encuentra el narcotráfico y todos los aliados que tiene en la parte obscura de la delincuencia y que vive una auténtica guerra a muerte con el gobierno, en toda su estructura federal, estatal y municipal. En el ambiente que se vive en la sociedad ronda una pregunta que es determinante para comprobar la terrible situación de fragilidad que vive el gobierno de Felipe Calderón: ¿La delincuencia tiene la capacidad para derribar un avión gubernamental como en las condiciones en las que cayó el Jet de la Secretaría de Gobernación? La respuesta es verdaderamente alarmante, si tiene esa capacidad, porque tiene los recursos económicos para hacerlo.
En los noticieros se han presentado las incautaciones que se han hecho en los últimos meses: Un armamento moderno, rifles de asalto de diferentes calibres y de diferentes penetraciones, granadas, parque, cargadores y principalmente e normes maletas llenas de miles de dólares.
Tal vez no fue un proyectil, tal vez no fue una bomba, pero eso no es lo único que puede ser utilizado, también pueden comprarse las voluntades de muchas personas, como las voluntades de los que se han declarado culpables de lanzar las granadas del 15 de septiembre en Michoacán.
Se ha informado que los resultados de las investigaciones se llevarán un tiempo aproximado de 11 meses, que será un tiempo suficiente para olvidar la tragedia y para buscar una muy buena excusa para señalar a los culpables.
Juan Camilo Mouriño Terrazo, perdió la vida en un lugar inesperado, pues nació el 1 de agosto de 1971 en Madrid; era español pero a los 18 años adoptó la nacionalidad mexicana. En el pasado mes de agosto celebró su cumpleaños 37.
Hace apenas unos años, caminando descalzo en las playas de Vigo y en las reflexiones que provocan sus atardeceres de intenso sol rojizo, "Iván" -como le decían en la intimidad de su familia- no imaginó que el 2 de julio de 2006, él sería ya uno de los hombres más cercanos a Felipe Calderón Hinojosa y que en enero del 2008 se convertiría en su brazo derecho en la Secretaría de Gobernación.
Nacido en la holgura económica y en la abundancia gracias a su padre Carlos Mouriño Atanés, hombre persuasivo y hábil en las relaciones públicas y en los negocios quien emigró a México en 1978, "Iván" sólo supo de la precariedad y el hambre -pero sobre todo del terror- cuando fue secuestrado a mediados de los 90. De ese hecho tenía presente sólo el día de su liberación, un 1 de mayo, después de haber estado una semana atado de manos y con los ojos vendados.
Mouriño Terrazo ingresó a la política en 1997, cuando compitió, impulsado por su padre, para ser diputado local por el PAN. Ganó el quinto distrito y se convirtió en el diputado más joven de la 56 Legislatura con 26 años. Después, por la vía plurinominal, llegó a ser diputado federal. Es ahí donde se integra al equipo de Felipe Calderón, quien se desempeñaba como coordinador de la bancada en la 58 Legislatura. Calderón Hinojosa ve en él a un economista promisorio, preparado, egresado de la universidad de Tampa, Florida en los Estados Unidos, y lo hace su colaborador como presidente de la Comisión de Energía de la Cámara en el año 2000.
Antes de terminar la legislatura aspira a ser alcalde de Campeche, pero pierde ante el priísta Fernando Ortega Barnés, hoy senador de la república.
Después de esa derrota, Mouriño viaja a España nuevamente, hasta que Calderón, ya como secretario de Energía en septiembre de 2003, lo llama a integrarse a su equipo y es designado coordinador general de Asesoría y Enlace Institucional para más tarde ser designado por el presidente Fox como subsecretario de Electricidad.
Fue Juan Camilo quien participó en la red de Amigos de Fox, y se dedicada a recabar recursos para el guanajuatense en el año 2000.
Juan Camilo Mouriño no fue un católico practicante y devoto; sin embargo, se casó bajo las leyes de la Iglesia católica con Mari Gely Escalante Castillo, hija del poderoso constructor del país, Eduardo Escalante.
"Iván" vivió despreocupado por el dinero. Viajaba a bordo de un lujoso automóvil europeo marca Volvo, que era conducido por un hábil chofer particular; sólo vistió ropa fina. Su marca favorita "para todo", era Ermenegildo Zegna, donde una simple corbata se cotiza en unos mil 500 pesos; un par zapatos en 3 mil 800 pesos, y un traje en más de 20 mil pesos.
Mouriño Terrazo se ajustaba, se integraba y se acomodaba a la perfección a los modelos de esa firma de elegante y fina ropa masculina, por ser un hombre delgado, de tez clara, ojiverde. Supo usar su imagen juvenil y la explotó, igual que su padre, en las relaciones públicas.
Sus empresas integran el Grupo Energético del Sureste (GES) y gracias a él la familia Mouriño se ha convertido en una de las más poderosas de esa región. Existen versiones de que han sido beneficiados por Pemex y el gobierno federal. Eso le acarreó críticas y acusaciones por venir de una familia dedicada al comercio con energéticos.
Según los propios panistas, no ha tenido enemigos permanentes. Su competencia ha sido dentro del mismo partido, con Jorge Nordhausen González, quien intentó bloquearlo.
Se desempeñó como Jefe de la Oficina de la Presidencia de la República de Diciembre de 2006 a Enero de 2008, cuando fue nombrado Secretario de Gobernación, sustituyendo al exgobernador de Jalisco Francisco Ramírez Acuña.
No hay comentarios:
Publicar un comentario