Una vez, durante el ciclo escolar, en la zona que me corresponde atender, realizamos una actividad en la que los niños de las escuelas preescolares participan en un unos juegos infantiles y no lo había pensado con detenimiento, pero me sorprende mucho la actitud de los padres de familia, porque cada año se repite la misma situación y es que ellos no aceptan la explicación de que este tipo de actividades se realizan con la finalidad de que los pequeños tengan una experiencia de tipo educativo, por medio de un encuentro con niños de otras comunidades y que esto contribuya a que su proceso educativo se fortalezca. Pero los padres de familia se olvidan de los argumentos educativos y forzosamente quieren que sus retoños obtengan un triunfo en alguno de los juegos en los que los niños participan.
Cada vez que realizamos un evento de esta naturaleza, observo detenidamente a los padres y no entiendo porqué esperan eso de sus hijos. Y es tan grande este deseo, que presionan a los chiquitines de muchas maneras. Les prometen un premio, los regañan, les ofrecen un castigo o en el peor de los casos los insultan y los agreden en una forma ofensiva.
He mencionado que no entiendo esta actitud, pero en el fondo conozco los motivos que llevan a los papás a comportarse de esta manera. Ellos desean que sus hijos experimenten una vida escolar exitosa y desean que esto se demuestre desde la primera escuela. Para ellos un fracaso debe evitarse a toda costa porque es muy importante que los niños solo tengan una vida de triunfos.
En los juegos infantiles que realizamos cada año, los niños participan en juegos individuales y en juegos de equipo, los juegos individuales son la carrera de metros planos, carrera de obstáculos, carrera de costales, carrera de triciclos y el lanzamiento de bala. Los juegos de equipos son el futbolito y jalar la cuerda, en donde los equipos pueden ser mixtos, de hombres y mujeres.
Estos juegos de equipos son la mayor atracción de este evento infantil, en ellos los niños ya demuestran que tienen una idea de lo que es el juego de futbol porque lo ven en la televisión y muchos padres de familia pertenecen a equipos y a ligas de futbol que existen en la región. La competencia de jalar la cuerda es muy llamativa porque los pequeños tratan de demostrar su fuerza física y es eso lo que provoca tanta expectación entre los asistentes y los padres de familia los animan con exclamaciones que son muy ruidosas.
Lo que ocurre en unos juegos infantiles de los niños más pequeños de toda la educación básica, es un reflejo de lo que ocurre en la sociedad, pues la cultura que tenemos muy arraigada en nuestra patria es la de privilegiar la confrontación entre las personas, porque es eso lo que nos permite abrirnos paso en todas las dificultades que tiene la vida y la verdad es que ha sido nuestro sistema educativo el que ha contribuido para que así sea. Esto lo observamos en algunos eventos que se realizan en muchísimas escuelas, donde cada año escolar se exhiben públicamente los logros que obtienen los alumnos más destacados, por medio de distinguirlos en el cuadro de honor, de darles el privilegio de pertenecer a la escolta de la escuela, de la banda de guerra, de otorgarles el diploma o el documento como los mejores y más destacados alumnos cuando finaliza el ciclo escolar. No cabe la menor duda que es la escuela la que contribuye a estructurar y afianzar un clima de confrontación y discriminación entre las personas y este clima de competencia no se termina en la vida escolar, sino que se proyecta fuertemente en la vida social y tal vez por eso se comenta frecuentemente que una característica de los mexicanos es que vivimos en una lucha permanente, de todos contra todos y que no permitimos, ni valoramos, ni apoyamos el avance de los que realizan acciones de beneficio común. Muchas veces se ha comentado que nuestra vida social se parece a lo que ocurre en una olla de cangrejos, donde todos tratan de salir y eso impide que alguno cumpla con su meta.
Esto lo comento porque en los cursos de actualización del magisterio, en los diplomados, en las reuniones de trabajo académico y en todas las acciones que se realizan para el mejoramiento profesional del magisterio, se habla mucho del significado que tiene la educación básica, ya que es una etapa donde se propician experiencias de formación, que permiten a los alumnos integrar un pensamiento idóneo para enfrentar el futuro.
Este tipo de pensamiento se logra por medio de las experiencias que el docente lleva a la práctica con la finalidad de permitir la interiorización de conceptos que sean útiles para la vida, es decir para tomar las decisiones adecuadas.
Si esto es lo importante y lo vital, entonces ¿porqué razón sigue enfatizándose esta actitud de confrontación y discriminación en las acciones de tipo educativo? Si al final de cuentas, el verdadero significado de la educación es el de propiciar un ambiente democrático, de participación, de colaboración; porque el alumno debe llegar a la idea de que no está solo en esta vida, sino que pertenece a una comunidad social, donde es una obligación fundamental el participar en las acciones de beneficio común.
La educación básica no está diseñada para fortalecer los privilegios de los mejores, que son muy poquitos, sino para crear la conciencia de que tienen más valor los logros colectivos, donde la solución de los problemas mejora las condiciones en las que se desarrolla la sociedad a la que pertenece.
Por lo tanto un padre de familia no debe presionar, ni chantajear a su hijo para que logre sobresalir por encima de aquellos que son sus iguales; debe estar consciente de que la vida otorga enseñanzas en los triunfos y en las derrotas, pero el padre y la madre tienen la obligación de estar atentos para que cuando esto ocurra, debe estar junto a su hijito para consolarlo, para darle ánimos y para decirle que en todo momento estará junto a él para apoyarlo en las buenas y principalmente en las malas. Una actitud así es la que otorga los mejores beneficios de tipo educativo en la familia, porque los seres humanos tenemos el deseo interior de ser comprendidos y de ser apoyados en nuestras vivencias. Si crecemos en un ambiente de hostilidad y nos piden resultados que no podemos ofrecer, las actitudes ofensivas únicamente contribuyen a valorar en una forma equivocada los errores que cometemos y es que la mejor enseñanza que la vida nos ofrece, proviene de valorar y superar aquello que hicimos mal, pero eso solo puede lograrse con la ayuda y comprensión de las personas que más nos aman y estas personas se encuentran en nuestra propia familia.
¿Porqué razón tenemos que reflexionar tan profundamente en estas ideas? Porque estamos entrando en una nueva era. Nuestro mundo está cambiando a una gran velocidad, estamos actuando en un ambiente que ya es nuevo y distinto, en una vida que tiene condiciones muy complejas; en una vida donde se requiere tener integrado el concepto de la colaboración y el de concepto de la participación, en donde los intereses individuales habrán pasado a un segundo plano. En esta nueva forma de relaciones humanas, aquello que funcionó y dio resultado durante todos los siglos anteriores, en el aspecto educativo, muy pronto ya estará obsoleto y de hecho casi ya no funciona, porque los jóvenes, cuando terminan una carrera, pasan por la amarga experiencia de no encontrar el trabajo que tanto esperan y la solución a este conflicto se está encontrando en las nuevas redes de participación que se están desarrollando por medio del internet.
La escuela y el maestro tienen que enseñar que triunfar en la vida no significa tener triunfos que son efímeros, triunfar significa estar a gusto y conforme con lo que se es y con lo que se hace.