jueves, 27 de noviembre de 2008

Somos un país bananero I

La libertad de expresión tiene algunos aspectos que son cuestionables, sin embargo todos tenemos el derecho de expresar nuestra opinión y de expresar nuestro punto de vista sobre algún asunto que tenga importancia en nuestra vida o en el medio social donde vivimos. Esa libertad de expresión es un logro que tenemos como ciudadanos libres y eso nos lleva a la obligación de defenderla por todos los medios hasta las últimas consecuencias.

Sin embargo es necesario considerar que la libertad de expresión tiene algunas condiciones que son elementales para que nos permita tener una sana convivencia entre las personas, porque debe estar sustentada en el respeto y en la verdad, porque si esto no se considera, entonces llegaremos a una situación anárquica donde todos tendremos derecho a expresar infamias y groserías en contra de cualquier persona, sin tener la más mínima consideración por su prestigio y por su vida.

Los medios de información y de comunicación como son los periódicos, la radio, la televisión y el Internet funcionan dentro del esquema de la libertad de expresión que se ha construido a lo largo de los siglos como una necesidad esencial para la vida de los pueblos, porque la humanidad ha considerado como un derecho básico, su necesidad de conocer los acontecimientos que ocurren en nuestro mundo y tal vez eso ha llevado a  la libertad de expresión a condiciones absurdas y poco útiles para la vida social; como cuando están en el foco de la atención, los hechos, las acciones y las vivencias de personajes que se vuelven del dominio público, pero que nada tienen que ver en el mejoramiento de nuestra condición de seres pensantes y racionales.

Por ese motivo existen normas jurídicas y morales, que se deben acatar, para evitar las infamias, las acusaciones sin fundamento y las mentiras, que puedan realizarse en contra de alguien. Esto significa que la libertad de expresión tiene límites, no se utiliza de acuerdo al criterio de quien toma un medio para expresar su sentir.

También tiene una limitante más, expresar una opinión requiere de un medio de difusión, pues en ocasiones no basta la palabra que se pronuncia forma verbal. Por ejemplo si nos encontramos en una asamblea, bastará que levantemos la mano para que nos permitan hablar hasta donde nuestra voz se escuche, pero si el número de personas es muy grande debemos pedir que nos presten un medio electrónico y un micrófono para hacernos oír.

Pero si deseamos llegar a un público más amplio, tendremos que utilizar un medio más complejo, que puede ser un folleto, una publicación en un periódico, un espacio en radio, un espacio en televisión o un espacio en el Internet, además tenemos que considerar que cada uno de estos medios tiene un costo, porque ninguno de ellos es totalmente gratuito. Y solo nos faltaría un último e insignificante detalle, que nos permitan utilizar ese medio, porque pudiera darse el caso de que el costo, las reglas, las condiciones o las políticas que tiene el medio informativo que vamos a utilizar no nos permita acceder a él. ¿Entonces la libertad de expresión es un derecho de todos? La respuesta más correcta sería,depende de las condiciones.

Si somos propietarios de un medio de comunicación, nuestra libertad de expresión puede manifestarse de una manera plena y solo tendríamos que ajustarnos a los límites morales y legales que debemos respetar.

Pero si no somos propietarios de un medio de comunicación entonces nuestra la libertad de expresión se encuentra limitada y no podemos ejercerla plenamente. Tan solo pensemos que en una asamblea de ciudadanos existen muchas personas que levantan la mano para expresar su opinión, pero no todos tienen la oportunidad de que les presten el micrófono para ejercer este derecho. Aunque también ocurre que no les dan el tiempo suficiente para expresarse.

Es así que nos damos cuenta que existen propietarios de los medios de comunicación y que esos propietarios tienen un poder más amplio para enviarnos sus opiniones y que nosotros los usuarios, tenemos que consumir pasivamente toda esa información que es enviada por los que hablan y escriben para esos medios, que son los que pagan los sueldos de todos aquellos que viven de ese tipo de empleo.

La televisión y el radio emplean diversas formas para hacer más completo y más diverso el análisis de los comentarios. Los programas de chismes que hablan de la vida de los artistas del medio del espectáculo, desde hace mucho tiempo centran su trabajo en reunir a un grupo de expertos, que son coordinados por un conductor, para hablar hasta el cansancio de los pleitos, los errores, las infidelidades y todo lo que tiene que ver con ese medio y su mundo de gente, que ha logrado llegar a los hogares mexicanos por medio de la televisión.

Este procedimiento es tan exitoso que se ha llevado al plano de la noticia formal y existen diversos canales de noticias que lo están utilizando para hablar de los hechos más importantes de la política y de la economía, con periodistas o maestros universitarios que conocen profundamente los hilos del poder, entre ellos televisa con su programa Tercer Grado y el canal 11 con su programa ya viejo Primer Plano. El primero en horario de las 11 de la noche el día miércoles y el segundo en un horario de las 10 de la noche del día lunes.

Sin embargo los dos son totalmente diferentes. El canal de televisa reúne expertos en la difusión de la noticia. Sus locutores, más curtidos en el medio de la televisión, se reúnen con un periodista que tiene la categoría de tener una formación en lo que se conoce como la oposición, que es Carlos Marín. Los demás no son expertos en cuestiones políticas o en cuestiones económicas y tampoco tienen una ideología diferente. Todos están ubicados en el mismo esquema de la noticia empresarial, así que lo más relevante que ocurre entre ellos es que discuten en una forma irrespetuosa por criterios personales que son irrelevantes. Por su forma de pensar y por la línea empresarial que tienen, no pueden tratar los problemas desde puntos de vista diversos.

En cambio el programa de Primer Plano es otro tipo de encuentro y tiene más años de presentarse en el medio televisivo. No tiene un conductor, pues no lo necesita. Los participantes tienen reglas de participación muy estrictas y no se quitan la palabra uno y otro. Además se reúnen expertos, que tienen diferente origen y diferente ideología, así que los problemas pueden verlos y abordarlos desde diferente punto de vista. Los participantes son:

Lorenzo Meyer que tiene un doctorado en Relaciones Internacionales por el Colegio de México. Es autor, entre otros, de los libros: México y los Estados Unidos en el conflicto petrolero 1917-1942 (1973) y Fin de régimen y democracia incipiente: México hacia el siglo XXI (1998). Asimismo, obtuvo el Premio Nacional de Periodismo en 1989 (categoría Artículo de Fondo); es coautor de numerosos libros y artículos para revistas especializadas, es profesor e investigador de tiempo completo en el Centro de Estudios Internacionales de El Colegio de México desde 1970.

María Amparo Casar Pérez es catedrática e investigadora del Departamento de Estudios Políticos del Centro de Investigación y Docencia Económicas, CIDE, de 1979 a la fecha.

José Antonio Crespo es Maestro en Sociología Política y Doctor en Historia por la Universidad Iberoamericana. Actualmente es investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), y editorialista político del periódico El Universal.

Leonardo Curzio Gutiérrez. Tiene el grado de Doctor en Historia por la Universidad de Valencia, España. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores y autor de diversos libros; actualmente prepara el volumen La razón del Estado y la Seguridad Nacional. Ha impartido cátedra en la UNAM, la Universidad Iberoamericana, la Universidad de las Américas y la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Es profesor visitante en la Universidad de Valencia en España.

Sergio Aguayo Quezada tiene el grado de Doctor por la Escuela de Altos Estudios Internacionales de la Universidad Johns Hopkins (Washington, D.C.). Es profesor investigador del Centro de Estudios Internacionales de El Colegio de México desde 1977. También ha sido profesor e investigador visitante en la UNAM, la Universidad de California en Berkeley y San Diego.

Francisco Paoli Bolio es Doctor en Ciencias Sociales por la Universidad Iberoamericana (UIA). Tiene una maestría en Sociología en la Universidad de Nueva York y es Licenciado en Derecho por la UIA. Además ha sido diputado federal por el PAN.

Todos son reconocidos columnistas de diversos diarios y revistas de circulación nacional y escritores de libros en el campo de la política, además de ser maestros universitarios.Hace algunos días ocurrió un incidente, que permitió medir el impacto que tiene la forma de pensar y la ideología que tienen en la opinión de los expertos. El tribunal federal electoral dictaminó que el Consejo Coordinador Empresarial cometió un delito electoral en las elecciones presidenciales de 2006, al haber difundido mensajes publicitarios en contra de Andrés Manuel López Obrador. Con esto se entiende que si el CCE no hubiera intervenido, es muy seguro que el actual presidente de México no sería Felipe Calderón.

Este asunto fue tratado en una forma muy diferente en ambos programas, a tal grado que

Ciro Gómez Leyva estaba muy molesto por este dictamen del TFE. No ocultaba su enojo y pronunció una frase que se utiliza cuando se trata despectivamente a un país por motivos de subdesarrollo, diciendo “no tenemos otra cosa que pensar, más que somos un país bananero”. (continuará)

Somos un país bananero II.

 Existen expresiones que denuncian y exponen con claridad la forma de pensar que tenemos, pues en ocasiones, sin darnos cuenta, el inconsciente nos traiciona y de nuestra boca salen palabras que nos delatan en ideas que no queremos decir, pero que salen y arruinan la imagen que deseamos aparentar. Eso le ocurrió a  Ciro Gómez Leyva en su participación en el programa Tercer Grado, que pasan en el canal estelar de televisa, porque utilizó una expresión que en otra circunstancia sería intrascendente, pero cuando se refiere a una determinación que se ajusta a la aplicación de la leyes, lo ubican en la forma de pensar que tienen los de la clase que tiene el poder económico de nuestra patria. Dijo: somos  “un país bananero”, cuando los conductores expertos, que son titulares de diferentes noticieros que se difunden por la radio y la televisión mexicana, comentaban la decisión del Tribunal Federal Electoral, de sancionar al PRI, al PAN y al PVE, por los beneficios que obtuvieron por la campaña que emprendió el Consejo Coordinador Empresarial, durante el proceso electoral del año 2006, cuando Felipe Calderón resultó ganador en unas elecciones que fueron muy cerradas, en las cuales el PAN obtuvo 15,000,284 y la coalición del PRD 14,756,350 votos, y la diferencia entre ellos es de 243,934, que es un margen muy pequeño, que no le otorga el reconocimiento que requiere la investidura que se encarga de administrar los recursos de la nación, porque el número de los votos nulos es más de tres veces esa diferencia, es decir, un número de 904,934 votos.

Esa expresión de ser “un país bananero”, hace referencia a las naciones, que a principios del siglo veinte, se convirtieron en productores de plátanos para el comercio internacional, principalmente para los Estados Unidos, donde no se conocía este producto tan particular, al que se le asignaron propiedades afrodisiacas, como suponer que acrecentaban el deseo sexual y por ese motivo la fruta era consumida y requerida en grandes cantidades, tanto en Norteamérica, como en los países europeos.

Durante la primera mitad del siglo veinte, muchos países de América Central, entraron en relación con un monopolio internacional llamado la United Fruit Company, que se encargaba de producir y comercializar frutas de origen tropical, principalmente la piña y los plátanos. En una forma similar a como le ocurrió a la producción del café. Aliados con los gobernantes, estas empresas invadieron  grandes áreas naturales para sembrar principalmente la variedad comercial del plátano. Una empresa internacional invierte su dinero para obtener ganancias, porque es un iluso quien piense que lo hacen para propiciar el desarrollo.

Las naciones bananeras, productoras de plátano, son dueñas de una riqueza natural, porque tienen un clima, unas condiciones naturales y una ubicación geográfica de privilegio para producir esta abundancia que se llevan los extranjeros a cambio de los salarios de hambre que les pagan a sus trabajadores. La riqueza frutera de las naciones del tercer mundo, se convirtió en la riqueza económica para los inversionistas extranjeros, que gracias a las ganancias millonarias que obtenían por la introducción del ferrocarril y el movimiento de las frutas, crearon un imperio muy poderoso que fue capaz de imponer gobernantes a su antojo, quienes estaban más al servicio de los intereses extranjeros que al servicio de sus habitantes. De esta forma es como empieza a conocerse la expresión de “república bananera”, relacionada más con el servilismo de sus gobernantes, que por la producción de bananas o de las frutas que producían para el imperio económico de América del Norte.

Es así como se observa que referirse a México como un “país bananero”, por el fallo del TFE, pone en evidencia que el comunicador está a favor de los grupos del poder que controlan a los medios de información y a los grupos de los grandes empresarios que están agrupados en ese exclusivo Consejo Coordinador Empresarial, que tuvieron el poder económico para pagar una propaganda en radio y televisión, en contra de quien se consideraba como el seguro ganador de las elecciones del año 2006. Campaña que fue diseñada para influir en la opinión de millones de personas que en el último momento creyeron en esos argumentos difamatorios y modificaron su intención de voto, a tal grado que el fraude se cometió en los medios y no en las casillas electorales.

Si somos un país bananero, porque la libertad de expresión solo está a favor de quienes pueden ejercerla, entonces el conductor Ciro Gómez Leyva tiene razón, pero por el contario si somos un país bananero, porque se está impidiendo la libertad de expresión de los ricos y los poderosos, entonces el conductor se pone en el lugar que le corresponde, en el lugar que ocupan los que ostentan una posición que influye en la opinión pública, para defender  y evitar la crítica de los personajes que son los dueños de los medios informativos.

Si en verdad fuera cierta la idea de que existe una libertad de expresión para todos, entonces sería muy sencillo considerar que los medios noticiosos estarían abiertos para que los grupos sociales, reunieran fondos para pagar su propaganda informativa e influir también en el pensamiento de todos los mexicanos, pero esto no es así. Los grupos sociales de las clases bajas están muy lejos de hacer un esfuerzo para pagar por lo menos un solo mensaje publicitario en el canal principal de televisa, en el horario nocturno de los domingos, que se considera el horario estelar de la televisión mexicana y donde se paga a costos muy elevados por un mensaje publicitario de treinta segundos, además es muy seguro que los propietarios de la televisión privada mexicana, se negarían a transmitir un mensaje que no es favorable, para sus intereses y para los intereses de la poderosa e influyente clase social que tiene el poder económico y político de nuestra patria.

Tal vez somos un país bananero, porque la distancia que existe entre las clases altas y las clases que se ubican en la parte baja, se está haciendo más grande y las posibilidades de llegar a un medio informativo están muy lejos para las grandes mayorías que no pertenecen a los grupos que viven y se desenvuelven en el ámbito de la exclusividad.

Tan sólo pensar en la existencia de un conductor de noticias que haya estudiado en una universidad pública, es un pensamiento fuera de la realidad, porque ¿Quienes son los conductores?

Son aquellos que con su palabra, con su libreto, con sus conocimientos, con su forma de pensar y principalmente con sus ideas, influyen en el pensamiento de los demás. Tienen una ventaja privilegiada que se gana por medio de un trabajo intenso que se realiza para beneficiar a una empresa privada de comunicación, donde existen reglas que deben cumplirse, porque de lo contrario corren el riesgo de ser cesados o corridos de su empleo, como le ocurrió a la periodista Carmen Aristegui, que condujo el programa matutino “Hoy por Hoy” desde el 2003 para la estación de radio XEW, también parte de Televisa, donde siempre realizó un trabajo neutral, en el que criticaba duramente al régimen del actual presidente de México y fue quitada de su programa, en el mes de enero del presente año, por motivos que la empresa nunca aclaró. También es verdad que todo tiene un precio en este mundo y hay quienes le ponen un precio o su silencio o a su parcialidad para dar una noticia.

Sin embargo existen pensadores que tienen un sentido muy elevado de su integridad de pensamiento y no permiten que su voz sea silenciada por la influencia del poder. Ese tipo de pensamiento es el que hace diferente el punto de vista que podemos tener de los problemas y ese tipo de pensamiento es el que no le pone precio a su libertad de expresar la realidad de los acontecimientos que vivimos diariamente.

Iván el fino

Justo cuando empezaba la fiesta y el júbilo, en los Estados Unidos de Norteamérica, por el arrollador triunfo de Bumarak Obama, el día 4 de noviembre del presente año, en ese mismo día empezaba el punto más crítico, en el terreno de la política, del gobierno federal de nuestro país, pues alrededor de las 19 horas, se desplomaba a menos de dos kilómetros de la residencia presidencial de Los Pinos, el avión de la Secretaría de Gobernación, donde viajaban Juan Camilo Mouriño y el asesor de la Presidencia en materia de seguridad y justicia penal, José Luis Santiago Vasconcelos, quien anteriormente ocupó el cargo de subprocurador de justicia, con el encargo de combatir al narcotráfico; que viajaban procedentes de San Luis Potosí, en un punto geográfico que se ubica en el cruce del Paseo de la Reforma, Periférico Norte y Ferrocarril de Cuernavaca, de una de las colonias de más alto prestigio social que existe en el Distrito Federal, la colonia Lomas de Chapultepec; también murieron siete personas más que en esa nave, considerando al piloto y el copiloto, una funcionaria de gobernación y una sobrecargo. El avión también produjo la muerte de cuatro personas que fueron alcanzadas en sus vehículos; 40 personas resultaron lesionadas, siete de ellas de gravedad, además, 30 automóviles terminaron totalmente calcinados y 21 con diferentes daños que les produjo el percance.

Se dice que es el punto más crítico del gobierno que encabeza Felipe Calderón, porque este acontecimiento está lleno de circunstancias extrañas, que provocan diversas interpretaciones, incertidumbres y conjeturas porque no tienen una explicación satisfactoria y pudiera ser que sea un accidente como insisten en explicar los funcionarios del gobierno o pudiera ser que se trate de un atentado.

Desde mi punto de vista, los medios de comunicación han recibido una línea muy clara, por parte del gobierno, en el sentido de considerar que el avionazo fue producto de un accidente, porque el daño que recibe el gobierno será muy menor, comparado con la certeza de que haya sido derribado por lo que llaman el crimen organizado, donde se encuentra el narcotráfico y todos los aliados que tiene en la parte obscura de la delincuencia y que vive una auténtica guerra a muerte con el gobierno, en toda su estructura federal, estatal y municipal. En el ambiente que se vive en la sociedad ronda una pregunta que es determinante para comprobar la terrible situación de fragilidad que vive el gobierno de Felipe Calderón: ¿La delincuencia tiene la capacidad para derribar un avión gubernamental como en las condiciones en las que cayó el Jet de la Secretaría de Gobernación? La respuesta es verdaderamente alarmante, si tiene esa capacidad, porque tiene los recursos económicos para hacerlo.

En los noticieros se han presentado las incautaciones que se han hecho en los últimos meses: Un armamento moderno, rifles de asalto de diferentes calibres y de diferentes penetraciones, granadas, parque, cargadores y principalmente e normes maletas llenas de miles de dólares.

Tal vez no fue un proyectil, tal vez no fue una bomba, pero eso no es lo único que puede ser utilizado, también pueden comprarse las voluntades de muchas personas, como las voluntades de los que se han declarado culpables de lanzar las granadas del 15 de septiembre en Michoacán.

Se ha informado que los resultados de las investigaciones se llevarán un tiempo aproximado de 11 meses, que será un tiempo suficiente para olvidar la tragedia y para buscar una muy buena excusa para señalar a los culpables.

Juan Camilo Mouriño Terrazo, perdió la vida en un lugar inesperado, pues nació el 1 de agosto de 1971 en Madrid; era español pero a los 18 años adoptó la nacionalidad mexicana. En el pasado mes de agosto celebró su cumpleaños 37.

Hace apenas unos años, caminando descalzo en las playas de Vigo y en las reflexiones que provocan sus atardeceres de intenso sol rojizo, "Iván" -como le decían en la intimidad de su familia- no imaginó que el 2 de julio de 2006, él sería ya uno de los hombres más cercanos a Felipe Calderón Hinojosa y que en enero del 2008 se convertiría en su brazo derecho en la Secretaría de Gobernación.

Nacido en la holgura económica y en la abundancia gracias a su padre Carlos Mouriño Atanés, hombre persuasivo y hábil en las relaciones públicas y en los negocios quien emigró a México en 1978, "Iván" sólo supo de la precariedad y el hambre -pero sobre todo del terror- cuando fue secuestrado a mediados de los 90. De ese hecho tenía presente sólo el día de su liberación, un 1 de mayo, después de haber estado una semana atado de manos y con los ojos vendados.

Mouriño Terrazo ingresó a la política en 1997, cuando compitió, impulsado por su padre, para ser diputado local por el PAN. Ganó el quinto distrito y se convirtió en el diputado más joven de la 56 Legislatura con 26 años. Después, por la vía plurinominal, llegó a ser diputado federal. Es ahí donde se integra al equipo de Felipe Calderón, quien se desempeñaba como coordinador de la bancada en la 58 Legislatura. Calderón Hinojosa ve en él a un economista promisorio, preparado, egresado de la universidad  de Tampa, Florida en los Estados Unidos, y lo hace su colaborador como presidente de la Comisión de Energía de la Cámara en el año 2000.

Antes de terminar la legislatura aspira a ser alcalde de Campeche, pero pierde ante el priísta Fernando Ortega Barnés, hoy senador de la república.

Después de esa derrota, Mouriño viaja a España nuevamente, hasta que Calderón, ya como secretario de Energía en septiembre de 2003, lo llama a integrarse a su equipo y es designado coordinador general de Asesoría y Enlace Institucional para más tarde ser designado por el presidente Fox como subsecretario de Electricidad.

Fue Juan Camilo quien participó en la red de Amigos de Fox, y se dedicada a recabar recursos para el guanajuatense en el año 2000.

Juan Camilo Mouriño no fue un católico practicante y devoto; sin embargo, se casó bajo las leyes de la Iglesia católica con Mari Gely Escalante Castillo, hija del poderoso constructor del país, Eduardo Escalante.

"Iván" vivió despreocupado por el dinero. Viajaba a bordo de un lujoso automóvil europeo marca Volvo, que era conducido por un hábil chofer particular; sólo vistió ropa fina. Su marca favorita "para todo", era Ermenegildo Zegna, donde una simple corbata se cotiza en unos mil 500 pesos; un par zapatos en 3 mil 800 pesos, y un traje en más de 20 mil pesos.

Mouriño Terrazo se ajustaba, se integraba y se acomodaba a la perfección a los modelos de esa firma de elegante y fina ropa masculina, por ser un hombre delgado, de tez clara, ojiverde. Supo usar su imagen juvenil y la explotó, igual que su padre, en las relaciones públicas.

Sus empresas integran el Grupo Energético del Sureste (GES) y gracias a él la familia Mouriño se ha convertido en una de las más poderosas de esa región. Existen versiones de que han sido beneficiados por Pemex y el gobierno federal. Eso le acarreó críticas y acusaciones por venir de una familia dedicada al comercio con energéticos.

Según los propios panistas, no ha tenido enemigos permanentes. Su competencia ha sido dentro del mismo partido, con Jorge Nordhausen González, quien intentó bloquearlo.

Se desempeñó como Jefe de la Oficina de la Presidencia de la República de Diciembre de 2006 a Enero de 2008, cuando fue nombrado Secretario de Gobernación, sustituyendo al exgobernador de Jalisco Francisco Ramírez Acuña.